Olvido

Cuando nos enamoramos de alguien y ese alguien de nosotros, en principio se vive en un idilio, después pasan los años y nos vamos acomodando (negociando), durante la convivencia surgen los roses lógicos entre dos personas que vienen de distintas crianzas y con pensamientos propios...
Cuando crees que encontraste el equilibrio, el otro empieza a criticarte y a querer que cambies, parte de tu personalidad.
Y el idilio, las negociaciones y el equilibrio, desaparecen y se convierten en... incertidumbre; no puedo dejar de preguntarme por que, querer cambiar lo mismo que lo enamoró.
Que lleva a alguien a pretender que el otro sea, diga, piense, lo que espera y nuevamente me pregunto:
-se olvidó de quien se enamoró?-

Etiquetas

Me pregunto, por que etiquetamos a las personas, por que nos etiquetamos...
No importa todo lo que haya hecho, todas sus virtudes y sus bondades; solo un gesto, una palabra, una actitud, bastará para etiquetarla.
Me pregunto, por que no nos basamos en todo lo ponderable que tenga una persona para etiquetarla, y si, en algo criticable.
Según el resto, yo, soy protestona.

Sin miedo a soñar

Cada vez que puedo aunque sea un ratito me gusta permitirme soñar, un día soy una heroína, otro la dama rescatada , otro soy enamorada por un caballero galante.
Me gustan los libros y las pelis que me hacen volar, el otro día vi una película re -vieja, Mentiras verdaderas, y me sentí identificada con la protagonista en un principio, la rutina puede volverse insoportable.
Por eso, cuando vuelo no tengo limite, cuando vuelo soy libre, cuando vuelo, es cuando mas yo soy y cuando mas yo soy, es cuando me siento mas feliz.

Duda

Cuantas veces me pregunte, -como hubiese sido si?..., lo cierto es que nunca sabré como hubiese sido.
Tomo decisiones, que en ese momento considero que son las correctas y cuando pasa el tiempo, aparece la duda; y si en vez de hacer tal o cual cosa... y si en vez de contestar eso... y si en vez de actuar de tal manera...
Lo cierto es que no vuelve el tiempo atrás, lo hecho, hecho está y por supuesto tengo que vivir mi vida y hacerme cargo de todas las decisiones, aun de las que tome pensando que era lo que correspondía hacer y no lo que quería.
Hacerme cargo, eso estoy tratando de hacer y aun así, un triste día de lluvia me sigo preguntando...

Soy

Soy esposa, soy mamá, soy la que se ocupa de las cosas de la casa, todas las cosas de la casa, se donde se guarda todo, donde buscar lo que se pierde. Soy la guardiana de la familia y el hogar.
Sufro de amnesia, no recuerdo cuando firmé el contrato que decía que me encargo de todo.
Me pregunto: dónde estoy yo?, la mujer, me perdí entre deberes y obligaciones.
Lentamente inicio el largo camino para encontrarme y valorarme, no por todo lo que hago, sino por mi, por la mujer.

Cuando me miro

Cuando me miro en el espejo no me reconozco, miro mis facciones, mis ojos, se que estoy dentro de esa persona que me devuelve la mirada.
Estoy a mitad de camino; grande para el cabello demasiado largo, joven para el muy corto; grande para la ropa de adolescente, joven para la de señora mayor; grande para el aeróbico, joven para yoga y sigue la lista al infinito y mas allá...
En este sin saber, me encuentro con alguien que hacer mucho que no me ve y me dice: se te ve fantástica.
No debería quejarme, aun así, a veces me pregunto quien es esta extraña.

Rezongona yo?

Estoy convencida que no me quiero convertir en una anciana rezongona. Claro que de estar convencida a lograrlo hay un trecho.
Puedo hacer mil y una cosa a la vez, me siento orgullosa de hacerlo, todas las mujeres podemos, es uno de nuestros dones.
Me pregunto: si yo puedo, por que los demás no pueden hacer una cosa a la vez cuando se los pido?
Quizás este don nos perjudique, en el universo de los demás, todo queda para después y las cosas se acumulan. Para mi/nosotras no hay después, porque después hay otras cosas mas para hacer.
Entonces llega el rezongo y con él, el reproche "siempre rezongando".
Repito no quiero convertirme en una rezongona, pero me vacune contra la indiferencia y tengo sangre en las venas.

Que pesa mas?

Que pesa más, el deber o el querer? E l deber sin dudas, por lo menos en mi caso, de todo lo que debo hacer es muy poco lo que quiero hacer. Cómo encontrar placer en las obligaciones?
Un fastidio con tendencia a mal humor instalado se queda a vivir en mi.
Cuando pienso en las tareas por realizar... , me doy cuenta que las obligaciones, el mal humor y la rutina, son primas-hermanas.
Me propongo dar vueltas las cosas de manera que termine disfrutando las obligaciones... a quien engaño, ni yo me lo creo.
Lo que si puedo hacer es tratar de balancear las cosas, intercalando deberes y placeres de manera que al finalizar el día no tenga esa sensación de "un día mas".

Hoy

Salgamos a la calle despeinadas, desabrochemos el primer botón de la camisa, aflojemos el nudo de la corbata.
Cuantas veces nos detenemos a mirar el color del cielo?, cuantas miramos la luna?
Descontracturemosnos, pongamos música, bailemos hasta que nos falte el aliento; riamos, hasta que nos duela .
Tomemos un tiempo aunque sea pequeño, para hacer las cosas que nos hagan sentir bien, porque nosotras sabemos, que las cosas solas no se hacen y que tampoco nadie las hace por nosotras, entonces que esperamos?
Estamos vivas.
Vivamos hoy